LA FRONTERA ANDALUSÍ

LA consolidación isláminca en la zona (940-981)

Como gobernador de la Marca Media de Medinaceli, Galib tomó dos decisiones muy importantes: la reconstrucción militar más grande e importante de toda Europa, el castillo de Gormaz (el coloso de Castilla), y la construcción de una tupida red de atalayas de vigilancia (algunas de ellas ya existían desde el siglo IX), desde San Esteban de Gormaz en el oeste, hasta Medinaceli en el sureste, paralela a la calzada romana que unía Clunia en la Vía Augusta (proximidades de Caleruega -Burgos-), con Ocilis (la actual Medinaceli), en un claro mensaje de que todos los territorios al sur de la línea de atalayas eran posesión andalusí, y cualquier intento de conquista cristiana al sur de esa línea sería considerada “casus belli”. Protegían esta pretensión las imponentes fortalezas de Medinaceli y Atienza.

Y una decisión tomada en Córdoba: La construcción de un mausoleo para conmemorar a los caídos en la batalla de Alhandega, mártires de la fe islámica, que prefirieron inmolarse despeñándose por el barranco de las hoces del río Caracena, 16 años antes.

Ese mausoleo será la ermita conocida hoy como San Baudelio de Berlanga.

La construcción de Medina Azahara había terminado, y es muy probable que el califa ordenara a uno de sus arquitectos la realización de ese “templo”, único en Europa y de una belleza singular, verdadera insignia artística de la Extremadura castellana.

Un templo que debería gozar de protección internacional.