PATRIMONIO CULTURAL

La Iglesia de San Miguel de San Esteban de Gormaz

La “Puerta de Castilla”

Así se conocía a San Esteban de Gormaz en los albores de Castilla, en un momento histórico en que el límite de la frontera de Castilla (siglos IX y X) se dibujaba, casi en linea recta, desde San Esteban hasta Calahorra.

Durante todo el siglo X y hasta mediados del XI, y durante todas las décadas de ambos siglos, la zona va a vivir continuas ofensivas musulmanas, que solo en contadas ocasiones retendrán en su poder la fortaleza (934-938, 994-1011 y 1029-1054).

Esta obstinación castellana por las fronteras naturales del Duero obligó a los árabes a reconstruir, aguas arriba, la imponente fortaleza califal de Gormaz en 965, cuya figura, visible en día claro desde San Esteban, y será el “cuartel general” de Almanzor, desde donde acometería sus famosas “razzias” por el reino de Navarra.

Gormaz volverá a perderse por las huestes castellanas en 1029 para ser recuperado definitivamente en 1054. Desde ese momento, la expansión castellana hasta el Tajo va a ser fulminante.

En el aspecto artístico, y al tiempo que el Cid va camino del destierro, en 1081 se construye en San Esteban una joya románica inigualable en su primitivismo y belleza: la iglesia de San Miguel, que inició una serie de iglesias con galería porticada, que se extendería por la zona, y cuyo representante de mayor empaque será la Iglesia de San Pedro de Caracena.

La iglesia de San Miguel es de una gran importancia a nivel artístico ya que lo más probable es que fuera el lugar donde por primera vez se edificara una galería porticada románica.

Uno de los canecillos así lo atestigua. En él aparece un monje que sostiene un libro abierto en el que se puede leer: “Me hizo el maestro Julianus en la era de 1119 (año 1081)”. Por este motivo se trataría no solo de la galería porticada más antigua de Castilla, sino uno de los primeros templos románicos de la zona sur del Duero.

La Iglesia de San Miguel de San Esteban de Gormaz es Monumento Nacional desde 1976.