PATRIMONIO CULTURAL

La iglesia de San Miguel de Almazán

Iglesia románica del siglo XII, declarada Monumento Nacional en 1931 por su originalidad artística.

Parece ser que su construcción se inició a mediados del siglo XII, cuando la Villa fue conquistada por Alfonso I el Batallador, rey de Aragón.
La influencia árabe se puede observar sobre todo en dos elementos: el cimborrio y la bellísima cúpula nervada del crucero, de inequívoca traza similar a la famosa cúpula de la mezquita del Cristo de La Luz de Toledo, y que está formada por nervios que parten pareados, dejando en el centro un octógono base de la linterna, dibujando una estrella de ocho puntas.

El templo consta de planta basilical de tres naves con ábside semicircular y presbiterio. La nave central es más grande que las laterales, que son muy estrechas. No tiene transepto, es decir, no se identifica una nave transversal a la principal. Aunque el motivo no está claro, la cabecera está inclinada respeto al eje de la nave.

Otras originalidades son las influencias orientales, mudéjares, lombardas y cistercienses, así como el magnífico frontal de un altar del siglo XII, cuya talla representa el asesinato de Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, en 1170, y que fue donado por la esposa de Enrique III de Castilla, Catalina de Lancaster, cuando la Villa le fue confiada como señorío al nuevo rey, el cual lo cedió poco después a quien fue su Mayordomo, D. Juan Hurtado de Mendoza en 1395.

Se trata de un templo de excepcional interés por las peculiaridades mencionadas de sus formas arquitectónicas.