PATRIMONIO CULTURAL

La red de Atalayas Árabes

Quintanilla de Tres Barrios
El Burgo de Osma
Lodares de Osma
Bayubas de Abajo
Caltojar
Bordecorex
Medinaceli
Yacimiento de Uxama
Navapalos
Gormaz
Berlanga de Duero
Ermita de San Baudelio
La Riba de Escalote
Rello
Barcones
Atienza
Rebollosa de los Escuderos
Caracena
Montejo de Tiermes
Liceras

Casi doscientos años después de conquistar la práctica totalidad de la península Ibérica, el Islam se replegó hasta las orillas del Duero donde se hizo fuerte intentando contener el avance cristiano.

En la antigua frontera o ‘extremadura’ soriana aún se conserva parte del entramado defensivo de atalayas y castillos levantado en el siglo X por los musulmanes.

Uno de los puntos más conflictivos de la frontera, en lo que hoy conocemos como la provincia de Soria, tenía su epicentro en la tangente formada por el río Ucero desembocando en el Duero. Al este de ese cruce, un imponente castillo capaz de albergar ejércitos enteros entre sus muros pretendía controlar el territorio que se extendía a sus pies.

Contaba para ello con un entramado de atalayas y fortificaciones menores repartidas por los puntos más estratégicos del sinuoso curso fluvial, e interconectadas visualmente entre ellas para agilizar la comunicación entre los castillos y cualquier punto de la frontera.

El castillo es el de Gormaz. Su grandeza y su posición, así como la red de atalayas levantada a ambos lados del río durante el siglo X no impidieron el avance de los cristianos, que acabaron haciéndose con buena parte de los emplazamientos de la margen derecha del Duero, como Osma y Gormaz, a pesar de los posteriores intentos de los musulmanes por volver a recuperar este lado del río.

Las fortificaciones islámicas fueron cayendo en desuso a medida que la frontera iba desplazándose hacia el sur, lo que no ha impedido que algunas de estas atalayas levantadas en tiempos del Califato de Córdoba hayan llegado hasta nuestros días.

Texto obtenido de:

En el siguiente mapa están señaladas las principales atalayas levantadas por los andalusíes, con un doble objetivo:

  1. Fijar los límites del territorio califal al sur de la línea principal de atalayas, para vigilar la frontera norte, acosada por los ejércitos navarros.
  2. Vigilar la principal población cristiana en el oeste, San Estaban de Gormaz.

Todo este entramado estratégico se reforzó con las fortificaciones de Atienza y Medinaceli en el sur, y la construcción de la formidable fortaleza califal de Gormaz a mediados del siglo X.